Albert Einstein fue uno de los científicos más influyentes del siglo XX y un orgulloso miembro de la comunidad judía. Nacido en 1879 en Ulm, Alemania, Einstein mostró interés temprano por la ciencia y las matemáticas. Su descubrimiento más famoso, la teoría de la relatividad (especialmente la ecuación E=mc²), cambió radicalmente la física moderna.
En 1921, recibió el Premio Nobel de Física por su explicación del efecto fotoeléctrico, lo que cimentó su reputación mundial. Durante el ascenso del régimen nazi, Einstein, de ascendencia judía, emigró a los Estados Unidos, donde ocupó un puesto en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. En esta etapa, se convirtió en un activista de derechos humanos, promoviendo el pacifismo y el desarme nuclear.
Einstein fue un firme defensor del Estado de Israel, aunque rechazó la oferta de ser su presidente. Se pronunció abiertamente sobre los derechos civiles y contra el antisemitismo. Su vida representa no solo el avance científico, sino también el impacto social y moral de la comunidad judía en la ciencia y la humanidad.
Einstein falleció en 1955, pero su legado sigue vivo, tanto por su contribución a la ciencia como por su compromiso con la paz y la justicia social.